Es el río de la provincia que presenta los niveles más preocupantes, pues desde la temporada 2008/2009 no alcanza el promedio de escurrimiento histórico. Le siguen muy de cerca los ríos Tunuyán y Diamante, y más atrás el Mendoza y el Malargüe.
Días atrás desde el Departamento General de Irrigación dieron a conocer el pronóstico de escurrimiento de los ríos de Mendoza, con un panorama bastante preocupante e incluso por debajo de los números de la temporada anterior.
Al analizarlos se puede ver que el río Atuel es el que se encuentra en peores condiciones y el que más extiende su escasez hídrica, ya que lleva 11 años sin llegar a su caudal medio.
Según los números aportados por el DGI, el río más comprometido es el Atuel y luego el Tunuyán. Posteriormente se encuentra el Diamante, y el Mendoza es el menos comprometido, junto con el Malargüe.
Los números marcan que hace varios años los ríos mendocinos no llegan a cubrir los números de un año medio. En este marco, lo pronosticado por el organismo del agua para la próxima temporada indica que los ríos escurrirán un 52% de agua de una temporada promedio.
El río Atuel es el que tiene la crisis hídrica más larga de la provincia de Mendoza, desde la temporada 2008/2009, entrando ya en su decimoprimera temporada en esta situación.
No muy lejos se encuentran el Diamante y el Tunuyán, que no llegan a un año promedio de escurrimiento desde el período 2009/2010.
Asimismo, las estadísticas indican que en el río Mendoza no se tiene el caudal de un año medio desde la temporada 2015/2016.
Para determinar un año medio se toma el promedio aritmético de los derrames de todos los años que hay registrados.
Si se consideran los cuatro ríos principales de la provincia (Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel) y su oferta total (se puede sacar a partir de la temporada 1973/1974,) la oferta hídrica es de 4.595 hectómetros cúbicos, muy superior a la oferta total de los cuatro ríos pronosticada para la temporada 2019/2020, que es de 2.390 hectómetros cúbicos, por lo que el agua disponible en Mendoza va a ser el 52% del promedio de los últimos 46 años.
A raíz de esto, desde Irrigación ya plantean coordinar reuniones con las Subdelegaciones y las Inspecciones y Asociaciones de Cauce para generar planes de erogación y evaluar cómo se va a distribuir el agua disponible de los embalses a lo largo de todo el año.